Técnicamente, el carboncillo no es más que material orgánico quemado, el cual suele ser madera. Es una de las herramientas más antiguas para crear arte, siendo usada en los dibujos de cavernas por los primeros humanos. Permite a sus novatos explorar un amplio rango de tonos, pero puede ser difícil de emplear. Conoce aquí ciertos consejos para dibujar con carboncillo.
Te invitamos a conocer el uso del carbón vegetal para dibujar
Aléjate de tu obra seguido
Toma tiempo dominar las graduaciones sutiles características del carboncillo al comenzar. Por su naturaleza polvorosa, quizás desarrolles el mal hábito de mantener tu cara muy cerca del papel, haciendo que ciertas partes estén bien detalladas pero que al final estén desconectadas unas de las otras y el dibujo no sea cohesivo.
Mantén tu papel limpio
La consistencia del carboncillo hace que se esparza por todos lados, incluyendo tus muñeras, antebrazos y tu lugar de trabajo, y esto puede hacer que manches tu dibujo sin querer. Un consejo es usar tu meñique y ponerlo contra el dibujo para separar tu brazo del éste, pero si se vuelve incómodo, también puedes poner piezas de papel bajo tus brazos para evitar manchas.
No apliques demasiada presión
Mientras que los artistas disfrutan del carboncillo por el sombreado que produce, su oscuridad puede ser difícil de manejar. Algunas personas suelen aplicar mucha presión en el papel, y el trazo oscuro al final no es fácil de sombrear o borrar. En definitiva, el carboncillo exige tener una mano sensible, por eso un buen ejercicio de práctica es dibujar una escala de grises, empezando desde el negro más oscuro, saltando al gris del centro y desde allí conectar con el negro más oscuro y el blanco más claro.
Prueba diferentes materiales
Experimenta con diferentes tipos de carboncillo, sea comprimido o lápiz de carboncillo, pero también con otras herramientas como un borrador amasado para destacar, detallar e iluminar.