El pirograbado es una técnica ancestral muy apreciada por la apariencia rústica, auténtica y cruda que proporciona. En esta oportunidad damos una revisión al dibujo con un pirograbador y cómo puedes hacer atractivos e interesantes diseños o patrones usando esta técnica.
El pirograbado consiste en dibujar sobre una superficie quemándola de forma irreversible. Con esta herramienta podrás realizar dibujos sobre diferentes sustratos, incluyendo madera, cuero, marfil, corcho y más.
Elije el pirograbador adecuado
Un pirograbador generalmente está equipado con varias puntas intercambiables para variar los efectos (líneas finas o gruesas, patrones, escrituras, sombras, etc.). Los modelos básicos son ideales para principiantes y niños, ya que no se calientan más de lo razonable y son económicos, aunque no ofrecen las funciones avanzadas de los pirógrafos profesionales, incluido el control de temperatura o las puntas intercambiables.

El criterio más importante a la hora de elegir un pirograbador es optar por un modelo con control de temperatura. Esto te permitirá dominar mejor la técnica y los diversos efectos posibles controlando la potencia de calentamiento del dispositivo. Lo ideal es optar por una herramienta en forma de bolígrafo (o lápiz), que ofrezca un mejor agarre y sea más fácil lograr los diseños y patrones deseados.
Realizando un dibujo
Para hacer un dibujo en pirograbado, comienza por elegir el diseño o patrón dependiendo de tus habilidades. Si te sientes cómodo con un lápiz, las posibilidades de decorar con un pirograbado serán mayores.

Hecha la selección, procede a dibujarla a lápiz sobre la superficie. Luego, enchufa tu pirograbador, deja que se caliente y cuando haya alcanzado la temperatura deseada, repasa las líneas que dibujaste a lápiz con el aparato. Ten presente ajustar el pirograbador a una temperatura baja para realizar trazos ligeros y a una temperatura alta para obtener trazos más oscuros. Ahora, solo debes dejar fluir toda tu creatividad. ¡Inténtalo!